Primero llega el verbo que se siembra,
se cultiva se cierne junto a la sed de algo a lo que se llama "sentir"
Jugar como niños en una fiesta
en la que los payasos se burlan de nosotros;
pero con una fe infantil creemos en ellos
porque son payasos y se supone que son buenos...
(...)
Pero en relidad no hay tales infantes
no hay tales payasos,
la fiesta es una comedia que se sirve
en medio de la constante de un ser humano,
de un ser que te saca a la pista,
para bailar al compas que te tararea al oido,
muy suave y al dar el giro,
te das cuenta de que no hay tal persona que bailas sola en la pista,
(...)
En realidad no hay tales infantes,
y aunque parece que lo somos
son tan solo esos rescoldos de necesidad infantil de que te aupen,
¡no es mas que una necesidad! que llega y se va;
y no existe tal sentimiento, no hay tal baile en sus brazos...
La realidad es ese vacio
que busca siempre llenar el vaso, que busca,
como sea, sentirse adorado...
En realidad no hay infantes,
hay una tremenda sed una tremenda busqueda
una tremenda inconformidad,
por algo que se llama: AMOR, AMISTAD, COMPAÑERISMO... ETC....
En realidad no hay infantes,
hay una animalidad inmensa que no sabemos entender
una fuerza sexual que nos lleva por caminos y caminos
que nos llena y nos vacia,
que nunca nos hace plenos si no mas carentes... mas cadentes....
En realidad en esta comedia no hay infantes,
hay adultos que se creen aun niños para justificarse,
y seguir jugando a las escondidas sin importar las consecuencias,
sin vision para presuponer lo que esto pueda causar a alguien
que si esperaba que fuera cierto y que no fuera un juego "de niños"
Gaviota
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