jueves, 17 de julio de 2008

AL FINAL DEL LABERINTO


Supe que estaba al final del laberinto cuando sentí la necesidad de quedarme, cuando no encontré motivos para la sensación que estaba viviendo;ya no veía caminos a donde huir, ya no había ni un solo fantasma, ni un solo sentimiento de culpa, es como si ya hubiese saldado las deudas conmigo y con la humanidad, con mi pasado, mi presente y hasta con el futuro.
EL tiempo se detuvo, y yo esta vez, sin saber que hacer en un momento como ese, me deje tranquila, como muerta, no había nada más que silencio, vacío y mi cuerpo, ni siquiera pensamientos, ni siquiera miedo; ya en mí no había nada, entonces pensé que se trataba de algo importante, de algo realmente bueno, porque aunque sea extraño, sentía que por fin me había librado de todo, librado de la ansiedad, de la duda, del dolor, de los recuerdos, etc...
Esta sensación me recordó a un extracto del libro de mi adorado Jodorowsky, en el cual hablaba de los laberintos, y allí hablaba justamente del laberinto de la Catedral de Chartres; esa parte la había leído hacia ya unos días, pero busque la página y allí estaba, realmente hablaba de esas sensación de estar en el centro; a continuación lo describo como viví, y no esta muy lejos de lo que interpreta Jodorowsky en su libro "Evangelios para Sanar.

Sentada, respire profundo porque el asalto de la sensación no me gusto en principio, pensé que era uno de esos conatos de cambio que me dan de pronto y creí verme planificando otro viaje en mi vida. Pero respire y me dedique a sentir, viaje con la mente, al principio me sentí asfixiada, quería salir corriendo de mi misma pero era imposible, me puse a ver fotografías, a recordar, a ver a muchas personas, me sentí de maravilla, ame a las personas más que nunca, me quise a mi misma y me respete en ese gran momento, luego seguí repasando con gran alivio todos mis viajes, en ese momento sentí que cada cosa estaba en su lugar, que cada quien estaba donde debía, y que todo había pasado como tenia que pasar. Ya no había sed de correr, de huir, sentí como su hubiese llegado a un punto donde no hay mas nada ni a los lados ni delante; busque en mi mente una imagen simbólica que definiera lo que sentía, y me vino a la cabeza un laberinto, si, ahí estaba, había conseguido llegar al centro del laberinto, ya no había recorrido de ningún lado, ya había ido y venido por los diferentes pasillos y por fin estaba en el centro, pero ese centro era una forma de quedarme parada, sola, en silencio, sin visión de nada, realmente era como una sensación de muerte, tenia que morir tranquilamente, en paz, para poder lograr subir, alzar el vuelo, salir del laberinto y andar por el mundo sin caminos prefijados, simplemente avanzando y viviendo. Esto era justamente de lo que hablaba Jodorowsky en el libro y me conmovió muchisimo, me sentí tranquila porque sabia que mi proceso tenia una respuesta, que no era una de mis dilucidaciones...
Y aquí estoy, en mi propio funeral, muriendo en paz, agradecida a todos.
¡Amen!

¡Gaviota!

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