lunes, 10 de marzo de 2008

Trazos de BEN OKRI


De: La carretera hambrienta


Recé para que se me concediera la risa, pedí una vida sin hambre y recibí paradojas por respuesta. Sigue siendo para mí un enigma por qué nací sonriendo.


De: Oracion de los vívos (Fragmento)


" Toda mi información me trajo a esta ciudad. Si mi amante, mis hermanos, mi familia están en algún sitio, es aquí. Esta es la última ciudad del mundo. Más allá de su puerta roída está el desierto. El desierto se estira hacia el pasado, hacia la historia, hasta el mundo occidental y la fuente de la sequía y el hambre: la enorme montaña de ausencia de amor. Desde sus cumbres, por la noche, los oscuros espíritus de la negación cantan sus impresionantes canciones que encogen el alma. Sus canciones nos roban la esperanza y nos hacen ceder nuestras energías al aire. Sus canciones son frías y nos entregan a la lucidez de morir. Detrás de nosotros, en el pasado, antes de que ocurriera todo esto, había todas las posibilidades del mundo. Habían todas las oportunidades para, partiendo de cosas pequeñas, crear una historia y un futuro nuevos, dulces, si hubiéramos llegado a verlas. Pero ahora, por delante sólo quedan las canciones de la montaña de la muerte. Buscamos a nuestros seres queridos mecánicamente y con una sequedad en los ojos. Nuestros estómagos ya no existen. Nada existe excepto la búsqueda.

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